20.2.06

[historias de ratas]

Todos los esfuerzos eran inútiles, la vida se le iba sin concederle una última oportunidad, un último aliento. En la sala entraban los rayos del sol a través de la ventana que, cerrada desde hacía días, convertía la habitación en un lugar inerte. Atormentado mientras esperaba la llegada de la asistenta, la contemplaba. Abarcó sus manos.

- No me cojas las manos que podrían verme mis padres y aún no les he hablado de ti.
- No puedo evitarlo María Pilar.

María de los Pilares de la Tierra Ugarte y Pérez del Camino Angosto había nacido en la pequeña localidad de Villarrubielillos de Matalpino, un pueblecito de la provincia de Guadalajara emplazado en el valle del Jaranete y atravesado por el río del mismo nombre.
La primavera de 1912 no había sido una primavera cualquiera: las cosechas estaban siendo abundantes, habían terminado las obras de la construcción de la iglesia y por si fuera poco había nacido María de los Pilares de la Tierra Ugarte y Pérez del Camino Angosto, a la que llamaban cariñosamente María Pilar los amigos y Mari Pili los enemigos.

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