10.2.06

El otro día fuimos a ver el último espectáculo de Leo Bassi en el Alfil, se llama La Revelación y es una crítica a los monoteísmos en general y a la Iglesia cristiana en particular. En el minuto diez un señor se levantó y le preguntó si era sacrílego. El señor Bassi, muy respetuoso, le dijo que por favor esperara al final del espectáculo. El señor se iba yendo poco a poco hacia la salida. Quedó claro que no le gustaba todo aquello.

Mientras tanto el público ¿Qué hizo? Se comió con patatas al disidente. ¡jilipoyas! ¡¡ Fuera!!¡¡ Que te vayas!! Vete a tu secta!!!!

Progres de palo que sacan al niño de papá que llevan dentro. No se les puede sacar fuera de casa.

1 comentario:

Siempre tuya dijo...

Ese tío estaba contratado...