5.2.07

[historias de ratas v]

De vez en cuando alguien les echaba una mano.

-Pilarica, quiero regalarte algo.
-¿Un sobre? ¿Qué es?
-Ábrelo.
-¡Un billete a Villaconejillos de Matalpino! ¡Y es de ida y vuelta!
-Es para que pases el día del padre con tu familia. Sé lo importante que es para ti y sobre todo para ellos.
-Gracias padre, es usted muy generoso- a María Pilar se le quebraba la voz, se le hacía un nudo doble en la garganta y empezaba a echar lágrimas sin parar - muchas gracias de verdad, que alegría.
-Pues quien lo diría. Vamos vamos, Pilarica menos lágrimas y ve a preparar tu maleta.

María Pilar pasó el día del padre con su padre al que regaló una caja de puros y con toda su familia.
-Pero Anastasio si tú no fumas puros.
-Ya, pero es para ofrecer cuando vengan visitas a casa. Se lo encargué yo a María Pilar que me la trajera oye.

Al día siguiente partió a las doce del mediodía después de oír misa. En el tren conoció a un chico que ya había puesto sus ojos en ella.

-Hola, soy de aquí.
-Y yo María Pilar.

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