Cuando me desperté por la mañana después de un sueño intranquilo, Gregor Samsa (Gregorio, en las ediciones de bolsillo) se encontraba durmiendo en mi cama. Tumbado a mi lado, me miraba con sus antenitas y su vientre abombado. Había sido una noche complicada, algo evidente para ambos. Nos miramos en silencio. Hicimos las paces...
13.12.09
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario