Fuimos a la presentación del informe anual de AI Paraguay (Amnistía Internacional). Discursos dramáticos, el terrible estado de los derechos humanos en el mundo y los miles de millones de personas que viven con menos de dos dólares al día. Un grito desgarrador que despierte nuestras conciencias. Palabras para recordar.

Para celebrarlo, pasamos al salón contiguo a llenarnos la panza con un catering de primera. Había ostias. Y no precisamente de los que menos tenemos. Desde el director y la vicepresidenta hasta el que pasaba por ahí poniéndose chatos. Los indígenas observaban todo desde un costado.